Todos los seres nacen, crecen se reproducen y mueren. Y los humanos no íbamos a ser mas especiales. Nacemos, crecemos, (con suerte) nos reproducimos, y al final, morimos. Si amigos, ese es nuestro final, morir, que no nuestro fin que es algo muy diferente. Todos sabemos cual será nuestro final, pero muy pocos saben cuál es su fin en esta vida.
Afortunados aquellos cuyas mayores preocupaciones son si mama les paga unas extensiones nuevas, si les dejan hacerse este u otro agujero, o si fulanito/a de tal “esta también por ellos.”
Todos nos preocupamos de lo banal. Todos ansiamos más bienes materiales y todos nos angustiamos por nimiedades. La diferencia es si eso es lo único que te atañe o hay algo más allá. Nacemos, crecemos, nos intentan dar una educación ( y digo intentan porque muchos no se dejan educar, no quieren aprender y desprecian conocimientos que han costado siglos, que fuesen al alcance de todos, sobre todo de las mujeres), seguimos poco a poco aprendiendo de la vida, de los que nos rodea, de nuestros semejantes. Cada experiencia, buena o mala, es un lección. Cada persona que pasa por nuestra vida, amiga o enemiga, es un maestro que tendrá algo que enseñarnos. Llega un momento en el que ya no depende de los demás si no de nosotros elegir nuestro futuro. Lo que queremos hacer con nuestra vida. Es entonces cuando deberíamos saber cuál es nuestro fin. Que queremos conseguir, o dejar tras nosotros una vez llegue nuestro final.
Afortunados aquellos cuyas únicas aspiraciones son terminar una carrera, conseguir un trabajo, ganar dinero, tener una casa, un compañero/a y formar una familia.
Discúlpenme por huir de la mediocridad. De lo establecido. Perdón por considerar todo eso nimio y rutinario. Animal e irracional. Nacer, crecer, reproducirse y morir. ¿Eso es todo? El hombre, el único animal “RACIONAL” busca llevar una vida como la de cualquier otro mamífero monógamo?
Y conseguir lo arriba descrito no significa que ese sea nuestro único fin. Todos tenemos un fin en esta vida. Muchos lo abandonan en el camino, otros tantos ni siquiera lo buscan, otros ignoran su existencia… pero hay muchos que saben que dicho fin está ahí, esperándoles para que lo descubran y completen el sentido de su vida, y lo ansían con todo su ser.
Pero… ¿Qué ocurre cuando te hartas de rebuscar una aguja en un pajar, y crees que quizá sea mejor desistir de dicha búsqueda y abandonarte a los brazos de la mediocridad?
Es entonces cuando tu vida deja de tener sentido.